EL JUEGO LIBRE
¿Qué aporta el juego libre? ¿Qué tanto les permitimos a nuestros hijos jugar sin reglas?
En el mundo moderno, inconscientemente o conscientemente, exigimos a nuestros hijos ser los mejores, y cuando vemos que el hijo de la vecina, a la misma edad ya se sentaba, nos entra una preocupación enorme queriendo que se sienta ya (aún si fisiológicamente todavía no está listo), arriesgando generarle problemas en su desarrollo físico.
No me cansaré de decir que cada niño es un mundo (al igual que los adultos), unos hablarán antes que otros, unos caminaran antes que otros, y no significa que si los demás van “más avanzados” que tu hijo, él tendrá problemas en el futuro, ni será menos inteligente, ni que nunca caminará.
Además de la sobre estimulación generada por la ansiedad de los padres y los comentarios de la sociedad en general, el tipo de juego que le ofrecerás también generará un impacto sobre su imaginación, su creatividad, su autoestima y su desarrollo social.
Recomiendo privilegiar juguetes no simbólicos, ya que difícilmente un niño agarrará un avión de juguete como siendo un árbol al lado de una carretera. En cambio, una tabla de madera puede llegar a ser un árbol, un avión, una mesa, un pastel, etc. Permitiendo al niño jugar dejando volar su imaginación y desarrollando inconscientemente su creatividad.
¿Qué es el juego libre?
El juego libre consiste en dejar el (o los) niño(s) jugar sin ninguna intervención de parte de adultos. El adulto nada más tendrá que permitir el acceso a materiales adecuados a la edad de los niños y supervisar de manera discreta.
¿Qué capacidad se desarrolla en el juego libre?
Un niño jugando solo, de manera libre, trabajará su autoestima, su creatividad, y su facilidad a resolver problemas.
Si son varios niños los que juegan juntos, entonces además de las habilidades que se desarrollan en el juego libre individual, también se trabajará la comunicación, la capacidad de negociación, el control de sus emociones y mejorará de manera positiva su conducta social.
¿No se aburre?
Los niños acostumbrados desde pequeños al juego libre, se conectan de manera inmediata a su creatividad y empiezan a jugar sin dificultad. Pocos niños acostumbrados al juego libre llegan a sentir aburrimiento, por lo mismo de que no necesitan mucho para dejar volar su imaginación.
En cambio, un niño que no ha sido acostumbrado a jugar de manera libre, puede necesitar un tiempo de adaptación ya que está acostumbrado a seguir reglas para divertirse. Poco a poco, con el acompañamiento de un adulto, hay que generar el interés al juego libre, desbloquear su imaginación y su creatividad y darle el espacio para que se sienta libre de hacer lo que le plazca.
Las pantallas y el juego
El uso de pantalla tiene un impacto terrible sobre el juego de nuestros niños. Ahora se acostumbran a ser pasivos, viviendo la diversión a través de una pantalla en lugar de vivirla desde su propia imaginación y experiencias vividas.
Todos los niños aprenden a través del juego, y darles la oportunidad de aprender a su manera, sin restricciones, tendrá únicamente consecuencias positivas a corto, mediano y largo plazo.
Los niños “modernos” no juegan tanto como antes, el juego libre está mal visto, muchos adultos lo toman como una perdida de tiempo, una falta de estimulación y no le dejan ese espacio necesario al desarrollo de los niños.
Obviamente, el hecho de estar a favor del juego libre no significa que estemos en contra del juego dirigido (con reglas e instrucciones), el cual también ofrece muchos beneficios. Es como todo en crianza respetuosa, se trata de encontrar un equilibrio entre los dos.