Carrito

EDUCAR SIN ADIESTRAR

¿Será que en vez de educarnos, nos adiestraron?

Está pregunta, me la hice hace unos días y llegué a la conclusión que así era… Nos adiestraron a nosotros y las generaciones anteriores, pensando que nos estaban educando…

¡Qué fuerte!

Afortunadamente vivimos en una era de información y tenemos muchas herramientas a nuestro alcance para permitir criar a nuestros hijos de manera distinta. 

OBJETIVO DE LA DISCIPLINA POSITIVA

La educación tradicional busca obediencia de parte de los niños. Un niño obediente es un niño bien educado. 
La perspectiva de la crianza respetuosa y de la disciplina positiva es totalmente distinta, pues el objetivo de una buena educación es generar consciencia, responsabilidad y respeto. 

CONSECUENCIAS DE LA OBEDIENCIA

Educar a seres humanos obedientes puede parecer importante y necesario, pues pareciera que en una sociedad se necesita obediencia para poder tener una convivencia sana entre las personas. 

¿Qué genera la obediencia?

Los niños educados para ser obedientes están acostumbrados a seguir ordenes sin hacer uso de sus propios criterios.

Siguen ordenes que llegan de la autoridad (sus padres o adultos en general) y crecen sin necesidad de tomar decisiones reales, pues su camino ya está dictado por las reglas de otros. 

Estos niños crecen hasta ser adultos incapaces de tomar decisiones propias, adultos que necesitan que alguién más les diga qué hacer. Adultos que pueden llegar a ponerse en riesgo por seguir reglas no adaptadas a sus propias necesidades. 

A la vez, al crecer en un ambiente demasiado estricto, algunos llegan a rechazar las reglas por completo y aprovechan, en cuanto se presente la oportunidad, para hacer todo lo que no han podido hacer anteriormente. El niño obediente por miedo llega a ser rebelde ya que no siente este miedo. 

En ambos casos, la obediencia genera, a nivel personal genera consecuencias negativas.

CONSECUENCIAS DE LA CONSCIENCIA Y RESPONSABILIDAD

Si, en vez de buscar la obediencia, buscamos generar en nuestros hijos consciencia y responsabilidad, todo cambia. 

Un niño que no haya sido educado para ser obediente, no necesariamente será desobediente… 

Pues seguirá las reglas y respetará los límites, pero no por miedo o por querer recibir algún tipo de premio, lo hará porque entiende la importancia de hacerlo, porque es consciente de las consecuencias de respetarlas o no. 

Crecerá siendo un adulto acostumbrado a tomar decisiones propias, a analizar lo que le piden y a ser responsable de las consecuencias de sus actos. 

SIN PREMIOS NI CASTIGOS

Nos adiestraron con premios y castigos, al igual que se “educan” a los perros. 

Tanto los premios como los castigos, generan resultados a corto plazo. Los adultos consideran que funcionan, pues los niños, gracias a estas herramientas, actúan tal como los adultos lo esperan. 

Pero los premios y los castigos generan obediencia. 

En la disciplina positiva, no usamos ni los premios ni los castigos sino consecuencias. Estás consecuencias están para ENSEÑAR, para generar está consciencia y responsabilidad que buscamos generar en nuestros hijos. 

Cada acto en la vida genera consecuencia, positiva o negativa. Es lo que tenemos que enseñar a nuestros hijos a través de la educación que les damos. 

Taller "Límites respetuosos"