Carrito

Sabemos que la ciencia evalúa con el tiempo y un médico tiene que actualizarse constantemente para poder ofrecer lo mejor a sus pacientes. Es muy pesado y ahora que nosotros como pacientes tenemos acceso a información gracias al Internet, nos damos cuenta con más facilidad que, desafortunadamente, muchos doctores siguen dando consejos que ya no son recomendados por las más grandes autoridades, como la AEP (Asociación Española de Pediatría), en este caso.

Por lo mismo, este articulo está basado en investigaciones científicas validadas y actualizadas para la fecha.

En México, es muy común que a los niños les den otro alimento además de la leche (materna o de formula) antes de los 6 meses de edad. En general es muy difícil convencer a una madre que le está haciendo mucho daño a su bebé, ya que “todos los niños de su familia siempre lo hicieron y están muy bien”. La idea de este artículo no es juzgar a esas mamás, ni a las abuelas, sino más bien hacerles entender que la ciencia ha evolucionado y qué evidencias han ayudado a proponer cosas diferentes a nuestros hijos, para su bien, su buena salud y su desarrollo.

¿Qué se recomienda?

La OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda como único alimento durante los 6 primeros meses de vida, la leche (materna ó de formula).

La OMS recomienda que los lactantes empiecen a recibir alimentos complementarios a los 6 meses, primero unas dos o tres veces al día entre los 6 y los 8 meses, y después, entre los 9 a 11 meses y los 12 a 24 meses, unas tres o cuatro veces al día, añadiendo aperitivos nutritivos una o dos veces al día, según se deseé.

En el caso de un bebé amamantado, ni el agua se tiene que ofrecer antes de los 6 meses, ya que existe un riesgo de desnutrición ¿Por qué? Porque el estomago del bebé se llena con agua, la cual hidrata pero no nutre. El niño no siente hambre, no toma pecho y si bien no se deshidrata, se desnutre. La leche materna se toma a libre demanda, así que si el niño tiene sed o hambre, la leche materna es la única respuesta. Aún cuando esté haciendo mucho calor.

En el caso de un bebé no amamantando (menor de 6 meses), la ingestión del agua es suficiente con las tomas recomendadas de leche de formula al día. No debería estar la necesidad de tomar más agua. Lo recomendable sería acercar las tomas de leche en lugar de proponerle agua, por la misma lógica que un niño amamantado.  En caso de duda, mejor acércate con tu pediatra de confianza, para que pueda adaptar el número de tomas a la necesidad de tu bebé.

¿Cómo saber si mi bebé está listo?

Un bebé está listo para empezar con la alimentación a partir de los 6 meses de edad (no antes), si además de su edad cumple con los siguientes requisitos:

  • Se mantiene en la posición sentada durante bastante tiempo (con un poco de apoyo o sin apoyo). Si el bebé todavía no mantiene esa posición por si solo, si se cae de lado o de boca, no está listo todavía.
  • El bebé muestra interés activo para la comida: observa con mucha atención y la boca abierta cuando los adultos u otros niños están comiendo.
  • Tienen bien desarrollada la motricidad fina y manejan con habilidad la pinza (es decir que logran agarrar objetos pequeños entre el pulgar y el índice) y son capaces de llevarlos a la boca solo.
  • Se desconectó el reflejo de extrusión. Es decir, que al poner alimento en la boca del bebé, no tiene el reflejo de escupirla. Ese reflejo es de carácter protector. Desde una visión fisiológica, el cuerpo lo desconecta ya que el niño es capaz de ingerir alimentos sin riesgos. Mientras este reflejo sigue activo, significa que el cuerpo se sigue protegiendo de riesgos de atragantamiento, por no ser listo todavía para la alimentación complementaria.
  • Interés por los alimentos

Para empezar con la alimentación complementaria, el bebé tiene que cumplir con TODOS esos requisitos.

¿Cuáles son los riesgos de una alimentación complementaria precoz?

Según la Asociación Española de Pediatría, los riesgos de una introducción precoz de la alimentación complementaria, pueden verse a corto y a largo plazo.

A corto plazo, existen riesgos de:

  • Atragantamiento
  • Gastroenteritis aguda
  • Infecciones del tracto respiratorio superior
  • Interferencia con la biodisponibilidad de hierro y zinc de la leche materna
  • Sustitución de tomas de leche por alimentos menos nutritivos, lo que aumenta el riesgo de desnutrición ó malnutrición.

A largo plazo, existen riesgos de:

  • Aumento de alergias alimentarias e intolerancia al gluten
  • Aumento de riesgo de obesidad (etapa posterior de la infancia, aumentado cuando no hay lactancia materna o poca)
  • Aumento de riesgo de eccema atópico
  • Aumento de riesgo de diabetes mellitus tipo 1
  • Mayor probabilidad de destete precoz

Ahora que las investigaciones científicas se encuentran al alcance de cualquiera gracias al Internet, es necesario informarse constantemente y dejar de seguir las creencias obsoletas de las familias antiguas, así como aceptar que una cosa tan común como son las “probaditas” en México, pueden tener unas consecuencias muy dañinas sobre nuestros hijos y su salud.

Cualquier duda o necesidad de información complementaria, no dudes en escribirme.

 

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